El Ellen Austin

EL CASO DEL ELLEN AUSTIN

A veces, un marinero consigue una sensación aun más extraña cuando divisa otro aspecto de los mares: el barco abandonado, sin nadie a bordo. Frecuentemente, dichos barcos se descubren con todo a bordo en perfecto orden y sin señales de violencia, y con todos los salvavidas también bien asegurados y sin haber sido usados ni haberlo intentado siquiera. ¿Una Leyenda Real?

La cuestión que exige una respuesta y queda eternamente sin ella, es: «¿Que fue de la tripulación?». Y en la mente del marinero bulle el miedo de que tal cosa pueda sucederle a el y a sus compañeros. Veamos por ejemplo el extraño caso del bergantin Ellen Austin, que el capitán Baker anoto el 15 de Julio de 1881 en el Diario de a bordo.

«Tropezamos con un barco abandonado. Sin la menor pista sobre su identidad ni su puerto de matricula o por que fue abandonado. Es posible que, por alguna razón ignorada, su tripulación pasara a otro barco.»

Era la tarde de aquel día cuando el Ellen Austin diviso una goleta de dos mástiles a toda vela, por la parte de estribor. El viento estaba en calma y el barco no hacia grandes progresos. Lo que intrigo, no obstante, al capitán Baker fue el hecho de que la misteriosa goleta no llevaba ni tenia ninguna señal de identificación.

- Cambia el rumbo - ordeno el capitán al timonel -.Deseo darle el alto.

Cuando se iba estrechando la distancia entre los dos barcos, el capitán Baker estudiaba ansiosamente la cubierta de la extraña goleta.

- ¡Ahoy! ¡Ahoy! - grito el capitán poco después , - ¿Que barco llevas?

Pero a sus gritos solo respondió el rumor de oleaje del mar. A Baker no le gusto la situación y decidió aclararla al punto. Ordeno arriar uno de los botes y se dispuso a abordar al extraño y silencioso barco. Con el sol brillando alto en el cielo, el y otros 2 miembros de la tripulación registraron la goleta de proa a popa. Lo encontraron todo en orden y en buen estado. No había señales de violencia ni de una partida apresurada. Además, todos los salvavidas estaban asegurados, lo que indicaba que nadie había intentado servirse de ellos. Y naturalmente el barco estaba abandonado. Aunque los tres marinos del Ellen Austin recorrieron completamente el barco identificado, no hallaron el menor indicio humano.

El capitán Baker estaba estupefacto. ¿Dónde podía estar la tripulación? ¿Los había arrojado del barco algo misterioso y desconocido? ¿Habían abordado otro buque por alguna razón ignorada? Y ¿por que habrían de hacerlo? Los conocimientos marinos del capitán no pudieron aportarle ninguna explicación que pudiera satisfacer esta curiosidad. Al fin se limito a atoar el barco abandonado hacia Boston.

Sin embargo, el 20 de Julio una tormenta separo a ambos barcos y el Ellen Austin, temporalmente, perdió de vista a su compañero de travesía, y transcurrieron dos días antes de que el barco abandonado volviese a ser avistado. Baker volvió a aproximarse a el y llamo a los hombres que había llevado a bordo de aquel para ejecutar algunas maniobras durante la travesía.

- ¡Ahoy! ¿Todo va bien?

Como la otra vez, la respuesta fue un silencio absoluto. Con la terrible sensación de estar viviendo una pesadilla, el capitán se dirigió al barco una vez mas y lo registro de proa a popa, de babor a estribor. ¡El barco estaba de nuevo desierto!. Llenos de pánico, algunos tripulantes acudieron al lado del capitán con visiones de monstruos marinos o demonios desencadenados, urgiéndole a retirarse de allí.

-¡Salgamos de este barco maldito antes de que perezcamos todos! - Grito uno.

- ¡Quietos! - ordeno el capitán -. ¡Este barco maldito no puede arredrarme! Lo llevare a puerto y ustedes me acompañaran.

- El Ellen Austin estuvo a punto de padecer un motín, pero Baker supo mantener a raya a sus hombres. Tras escoger a los más valientes de la tripulación, los envío a la goleta, dándoles mosquetones para su defensa.

- No teman - aseguro -, nosotros estaremos siempre a una distancia prudente.

Fiel a su palabra, el capitán mantuvo siempre a los dos barcos solo a unos cables de distancia entre si durante los días siguientes. El destino, sin embargo, estaba decidido a intervenir otra vez. El 4 de Agosto estalla otra tormenta que asusto tremendamente a los hombres del otro barco. Desesperadamente intentaron mantenerse en contacto con el Ellen Austin, gritando a pleno pulmón. Pero a medida que aumentaba la lluvia decrecía la visibilidad y la goleta no tardo en perderse de vista. Unos minutos mas tarde, los truenos y la lluvia ahogaron los gritos de aquellos marineros.

Cuando al fin se aplaco el furor de los elementos, el Ellen Austin empezó a buscar a la goleta. La buscaron durante cuatro días, mientras el capitán luchaba contra el histerismo de su tripulación. Eventualmente, Baker se vio obligado a continuar rumbo a Boston, sin haber hallado el menor rastro de la goleta perdida. Simplemente, se había desvanecido y nunca volvió a ser avistada.


Tomado de El Caso del Ellen Austin

Otros casos

Si, y el Ellen Austin no es el único caso. Quizás el más famoso es el del Mary Celeste, o más aún, el mítico Holandes Herrante.


Una de mis aficiones más profundas es la navegación y todo lo que atañe al mar, y leí un sin fin de casos de barcos abandonados.

En muchos casos las explicaciones son de lo mas simple. Cosas que van desde envenenamiento, motines, piratas, asesinatos, hasta casos como el del Ellen Austin, que simplemente no tienen explicación alguna.

Incluso se han registrado casos en el triangulo de las bermudas, lugar donde este tipo de sucesos fué muy reiterativo, donde las tripulaciones han desaparecido dejando la cena servida, y algún animal a bordo, como perros o gatos.

Pero más curioso aún es el caso de un barco en el cual desapareció toda la tripulación, salvo un perro. Lo curioso y particular es que en la nave también viajaba un lorito parlanchín, que también se esfumó (y no, no se lo morfó el perro).


El mar está lleno de misterios. La historia de la navegación está plagada de sucesos inexplicables, y yo creo firmemente en todos ellos por los siguientes motivos.

Se ha dicho que el hombre de mar es supersticioso y tiende a la exageración. Solo les puedo decir que, sobre todo en los tiempos de antes, ser navegante era realmente entregarse a la posibilidad de una muerte trágica en cualquier instante. Sin necesidad de misterios, el mar es un asesino constante. Las condiciones a veces cambian en un segundo, de manera drástica. Los marineros viven un compañerismo exigido, más real que el que nosotros conocemos, por un hecho muy simple. De ese compañerismo depende la vida de todos ellos.

Realmente es así. Entonces, cuando un marino cuenta una historia, yo le creo, antes que desacreditarlo. Porque es un tipo que ha visto la muerte a los ojos incontables veces. Ha surcado caminos que no tienen dueño. Para hacer una buena historia, no le haría falta, para nada, exagerar

Tambien el gran conocido el Patita sadia.

Bueno, primero debo decir que el video te deja el upite fruncido... no se si sera verdad o no, todo lo que tenga una camara de por medio siempre puede ser editado, asi que lo dejamos en suspenso, de todos modos, muy loco lo del helicoptero.

Con respecto al oceano o al mar, o al todo, es algo tan inmenso y tan misterioso. Lo que queria comentar es que hoy en dia ningun barco tendria que tener desapariciones ya que la tecnologia tendria que brindar la posibilidad de implementar un sistema simil de los aviones.

Esta bien, los aviones tambien desaparecen y explotan, pero tener contacto y saber donde se perdio el barco o donde dejo de emitir algun tipo de señales, va a aclarar muchos casos...


Tambien creo que los marineros estan forjados a la vieja unzansa y se guian por mapas, catalejos y no por sistemas de navegacion computada archi tecnologia, aunque algunos si.